ANGELUS APATRIDA “Angelus apatrida” century-media-records-sony-music-entertainment-2021
Un buen disco de Thrash, tanto como de cualquier estilo de música extrema, tiene que tener algunos elementos indispensables, a saber: Técnica; sin unos buenos músicos, (además es necesario que sean TODOS), es bastante difícil a día de hoy que sorprenda mucho a ningún fan del
género, dado el infinito catálogo de referencias míticas y espectaculares desde que se puso en marcha este sonido a principios de los ochenta. Buena producción y sonido; atrás quedaron los tiempos en que un par de colegas se grababan una maqueta en un sótano y era precisamente esa
precariedad sonora la que le daba el empuje dentro de la escena extrema underground. Frescura; esto es, que suene fluido, potente, ensayado y variado en esquemas y propuestas ya que, si esto no sucede, cualquier fan del género se aburrirá, después de haber escuchado treinta discos de thrash metal en el último mes, y pasará a otra cosa con un click (así se hace hoy en día, por desgracia) Pues bien, este noveno disco de los albaceteños Angelus apátrida creo que contiene TODOS los elementos argumentales para que te quedes enganchado a él hasta el final.
Desde sus inicios, más cercanos a bandas tipo Megadeth por poner un ejemplo beligerante, han evolucionado hasta un estilo extremadamente voluble en el que se atisban muchas referencias de grandes gurús de la escena como Overkill, Slayer y los mismísimos Testament, como influencia principal, ya
que, sin desmerecer en absoluto a los estadounidenses liderados por Chuck Billy, llegan incluso a saltar por encima con ímpetu arrollador. De hecho, si eres muy fan de las últimas referencias de Testament, no has de dejar pasar este homónimo album de los Angelus. Desde la primera ráfaga
“Indoctrinate”, pasando por trallazos como “Childhood´s end” o “into the well” para terminar. Si, por suerte, hay bandas que siguen sacando discos en los que la intensidad no baja en ningún momento, sin temas de relleno, intros ambientales ni desarrollos fuera de lugar.
En definitiva, pasa por ser el disco definitivo del grupo. Las líneas vocales son, dentro del encajonamiento que el estilo requiere la mayoría de las veces, relativamente variadas. Os animo a que encontréis los guiños a Mustaine o Bobby Blitz entre la hecatombe sonora aquí expuesta.
No podemos olvidar al guitarra solista Davish G. Álvarez y al batería Víctor Valera, cuya técnica y buen hacer se deja ver a lo largo y ancho de la grabación, con bastante buen sonido por cierto, siendo bastante complicado poner todo a buen recaudo cuando la velocidad y la pesadez de las
canciones es tan intensa. Así con todo, es evidente que el producto no envidia en absolutamente nada a cualquier producción extranjera, mal que le pese a algunos.
De hecho, pienso que sus enérgicos conciertos junto con una prolífica e inspirada carrera, les han evitado tener que emplear demasiado tiempo y dinero en campañas de marketing digital porque, cuando la música habla por si sola, pocos suplementos se requieren para hacer de este disco, uno de los mejores de su estilo y, siendo de aquí, incluso tiene bastante más mérito.
más mérito.