Una vez mas el norte suena fuerte, y como es habitual, una banda Astur viene a poner el grito en el cielo. Crummer, integrada por Abel Suárez y Lalo González, ambos miembros de Cathexia, y además, Lalo es miembro de una banda que ya ha figura en los haberes de Rock Galicia, Legay of Brutality.
A veces nos extraña ver gente tan creativa musicalmente, que en sus vidas mas allá de las tablas tiene profesiones que nada tiene que ver, llegando incluso a limitar sus inspiraciones. Este, no es el caso de Crummer, ya que sus miembros viven ligados al arte y la creatividad de diferentes maneras: Abel, es una artista de la tinta, capaz de, con aguja y algo de tiempo, plasmar obras maestras en la piel de quien lo demande; Lalo, por otro lado, es un reputado productor, que además demuestra grandes habilidades como técnico de sonido.
Pues bien, los Crummer han venido a contarnos que, desde abril, su último trabajo ya está en la carretera, Deathwards. Un Lp de 10 pistas, bajo canon clásico, de pura dinamita asturiana. Compuesto y elaborado en su totalidad por ambos miembros de este proyecto, que además, han contado con la colaboración de Borja Suárez (Legacy of Brutality) para tres solos de guitarra.
Globalmente, se trata de un disco realmente duro, de los mas fuertes que han llegado a los oídos de este joven cronista. Los 37 minutos de este álbum son pura agresividad, morbidez y oscuridad.
El tema que mas me ha llamado la atención es "Drowned in a sea of solitude", que curiosamente, es el tema que mas ligero de los 10, y se trata de un tema en que los atisbos melódicos arropan al muro de sonido, de manera que las guitarras adquieren posturas mas dulces, sin dejar de ser tan fuertes como el resto del álbum. Es algo así, como asomarse a un precipicio, precioso, pero no deja de ser aterrador. Un tema que, por alguna razón, me lleva a pensar en los paisajes asturianos, cumbres escarpadas, y barrancos sobre el Cantábrico que cortan el aliento.
Es de suponer que, el artwork de la portada, es obra de la propia banda, ya que, las ideas de Lalo y la destreza con el lápiz de Abel, pueden plasmar la esencia del álbum en esta primera plana.
En definitiva, un disco que los amantes de este genero idolatrarán con el paso de los años, ya que, en mi humilde opinión, se trata de una fusión de las influencias mas fuertes del heavy metal, pasada por el filtro de dos mentes tenebrosas que consiguen un tinte macabro dificil de olvidar.Desde Rock Galicia, enviamos un fuerte abrazo a Crummer, y esperamos que su andadura con Deathwards tenga el éxito que merece.